Las quemaduras involucran los daños en el tejido producidos por el calor, la sobreexposición al sol o a otra radiación, o el contacto con productos químicos o la electricidad. Las quemaduras pueden ser problemas médicos menores o constituir emergencias potencialmente fatales.
El tratamiento de las quemaduras depende del lugar y de la gravedad de la lesión. Las quemaduras solares y las escaldaduras menores generalmente pueden tratarse en casa. Las quemaduras profundas o extendidas requieren atención médica inmediata. Algunas personas necesitan tratamiento en centros especializados y meses de atención de seguimiento.
Los síntomas de la quemadura varían según el grado de lesión de la piel. Los signos de una quemadura grave pueden tardar uno o dos días en desarrollarse.
Quemadura de primer grado. Esta quemadura leve afecta solo la capa externa de la piel (epidermis). Puede causar enrojecimiento y dolor.
Quemadura de segundo grado. Afecta la epidermis y la dermis. Puede causar hinchazón, piel roja, blanca o manchada, formación de ampollas y dolor intenso. Las de segundo grado profundas pueden dejar cicatrices.
Quemadura de tercer grado. Alcanza la capa de grasa subcutánea. Las zonas quemadas pueden quedar negras, marrones o blancas, con apariencia coriácea. Pueden destruir nervios, provocando entumecimiento.
Causas de una quemadura: • Fuego • Líquido caliente o vapor • Metal, vidrio u otros objetos calientes • Corrientes eléctricas • Radiación (radiografías, camas solares) • Sustancias químicas fuertes (ácidos, lejía, solventes, gasolina) • Maltrato
Tratamiento: La mayoría de las quemaduras leves pueden tratarse en casa y suelen sanar en un par de semanas. Tras los primeros auxilios y la evaluación, el tratamiento de quemaduras graves puede implicar medicamentos, vendajes, terapia y cirugía. Los objetivos son controlar el dolor, eliminar tejido muerto, prevenir infecciones, reducir cicatrices y recuperar funcionalidad.
Tratamiento médico: • Medicamentos para el dolor y la ansiedad (morfina, ansiolíticos) • Ungüentos y cremas tópicas (bacitracina, sulfadiazina de plata) • Cirugía láser o injertos de piel en centros especializados • Apoyo emocional, fisioterapia y cuidados de seguimiento
